Hace un año escribí en esta misma columna: “Macri es dueño de sus votos. Conoce a su electorado, sabe cómo hablarle, tiene un liderazgo indiscutido en su partido (…) No es seguro que esto alcance fuera de la General Paz, pero hoy está claro que es el dueño político de la Ciudad de Buenos Aires.”
A grandes rasgos, esa impresión no ha cambiado, Macri sigue siendo el dueño de la CABA, donde logró la continuidad política del PRO imponiendo la candidatura de su delfín Rodríguez Larreta por sobre la más incontrolable Michetti. La victoria estrecha, lejos de los márgenes confortables de la última elección, puede haberlo afectado políticamente aunque no impuso, al menos por ahora, un rival que lo pueda inquietar (el challenger Lousteau parece haber desaparecido del distrito).
De la misma forma, aquella duda sobre las virtudes del PRO y su líder fuera de la General Paz también persisten: la ausencia de victorias propias e incluso de candidaturas en las provincias y la ajustada victoria en su propio territorio aumentan la incertidumbre sobre su liderazgo nacional.
Pero lo más grave para la campaña del PRO no fue ese cuadro de situación ni la remontada de Massa en las encuestas sino la crisis autogenerada del affaire Niembro: el PRO tardó más de dos semanas en encontrar una respuesta, dejando a sus candidatos a merced de los medios como liebres encandiladas. El derrumbe de Macri frente a una campaña mediática no particularmente agresiva y comparable a tantas otras padecidas por el oficialismo fue asombroso.
Creo que la explicación tiene que ver con el enfrentamiento de Clarín con el gobierno. Desde hace más de ocho años, concluido el famoso gobierno de la opinión pública que tanto entusiasmaba al ex jefe de gabinete Alberto Fernández, el oficialismo ha aprendido a caminar sobre las brasas de los medios y a lidiar con acusaciones constantes y sospechas permanentes. El objetivo del gobierno ha sido evitar como el ébola la impresión de perder el control de la agenda política y para eso contó con stoppers, como Aníbal Fernández (o como lo fue Carlos Corach en la época de Menem). Por el contrario, esos mismos medios habituaron a los políticos opositores a un trato “entre algodones”, por el cual el entrevistador daba la impresión de ser un teleprompter, y el entrevistado, un periodista más. Esa especie de paraíso artificial derivó en un mal casi pandémico: el síndrome del león de Madagascar, la célebre película de animación de DreamWorks.
Alex, el león de la película, nació en África pero fue criado en cautiverio en el zoológico de Nueva York, donde se convirtió en una estrella adorada por el público. Un día, siguiendo a sus amigos de cautiverio, decide volver a su reserva natal en la que debe enfrentar a otro león. Lo hace con entusiasmo, convencido de que la pelea es otro show más que ganará fácilmente gracias a sus dotes de bailarín. La realidad es más impiadosa y Alex, noqueado ante el primer golpe, es expulsado de la reserva.
Como el león de Madagascar, muchos políticos opositores creyeron que el show era la vida real. Pensaron que la empatía con los medios surgía de un talento propio y no de una decisión estratégica de esos mismos medios. Por eso, los candidatos opositores no cuentan con stoppers sino con enlaces, funcionarios con buena relación con los medios, que aportan información a sus investigaciones y las llevan luego con entusiasmo a los tribunales o al Congreso.
El síndrome Álex es, como el Bobismo y otras calamidades, el corolario de una de las decisiones opositoras más catastróficas: la adopción de la agenda mediática como propia.
Esperamos que el tan promocionado fin de ciclo sea el final de la oposición a lo Álex, y nos devuelva a la discusión de una agenda política que espera y requiere debate.
Estimado Apolinario
Debe ser el fin de ciclo, vea.
Rinconete, desde la clandestinidad de Blogger
Vamos a castigar cruelmente a nuestros rivales: a Maximo le quitaremos la frula, y a Horacio Gonzalez lo vamos a bañar.
Amor, amor, amor !!!
La gran pregunta que nadie se hace: donde esta Boudou?
Me dio la razón en dos comentarios consecutivos, rinconete. Quedé estupefacto.
Usted siga haciendo chistes pavos, mientras nosotros nos ocupamos de que Cristina vaya presa. Cada uno en lo suyo.
Anónimo
Veo que ha detectado nuestro innato patoterismo, oculto bajo el barniz de la discusión política y la barbarie de la palabra escrita. No puedo más que felicitar su ojo avizor.
Rinconete, desde la clandestinidad de Blogger,
Muy bien riconete por no tolerar insultos. Ya que se les viene un largo periodo en el que no podran ejercer su innato patoterismo, es bueno que empiecen a aprender normas de educacion, cual pupilos de un colegio britanico. Si mantienen un perfil bajo, quiza la gente se olvide de la barbarie que representan y los vote de nuevo dentro de diez o veinte elecciones.
ram
No estaría mal una adopción teniendo en cuenta este fin de ciclo que se viene. ¿Usted sabe preparar café? Con respecto a lo del patoviquismo el problema es que no me da el físico más que las intenciones….
Abrazo
Apolinario
Tiene razón nuevamente. Pero me refería a la discusión "hacia afuera", es decir la que los candidatos o partidos hacen hacia la ciudadanía, la que marca agenda. Y la verdad es que en los últimos años esa discusión fue llevada adelante por los medios con temas bobos como las conferencias de prensa, el miedo al censista, las intenciones de CFK, la inflación como un tema absoluto o incluso peligrosos como la ley de derribo o las FFAA en las villas.
Me gustaría que, por ejemplo, Margarita hable de temas de izquierda como aborto, salud pública o educación y los ponga en agenda en lugar de hacer denuncias como la de Hotesur. Me gustaría, por su lado, que la oposición que se define como liberal nos hable de leyes anti-trust y de impuesto a la herencia como hacen liberales de otras latitudes en lugar de denunciar la publicidad oficial de FPT, las intenciones stlalinistas del gobierno o el nombre del CC.
Hoy la agenda opositora está conformada de boberías de los diarios, no de proyectos políticos.
Saludos
Borré algunos comentarios con insultos. Lo siento, no es la política de la casa.
Se fueron todos a dormir? Despiertense, loco, hay que festejar !!!
El que dijo que hace falta debate fue usted, amigo rinconete. Ahora dice que lo hubo. Le pido que aclare su postura sin hacer referencia a mi, si puede, claro.
Es indignante, reopublicanamente indignante, Rinconete se hizo el distraído ante el dramático pedido del tal apolinario y no se hizo cargo de mí; sepa usted, don Rinconete que, supongo, no pretendía que me adopte (aunque soy de comer poco, sin ruidos ni gases raros y de buen trato general, no soy un mal chico, bah!, chico tampoco, snif….).
Interesante esta demostración práctica de no hacerse cargo de sus cuestiones y encargarle el laburo a otro – ¿saudades videlistas del tal apolinario?, en fin, será que lo apaña Ledesma y su liga de defensa del A4 o, por qué no?, haya algún intento de defensa del género femenino opositor, tarea difícil después de tener una candidata que para promocionarse pide "no voten por mí"….. maravilla maravillosa y disparatada si hay que incluírla dentro de un género de astutas criaturas como son las féminas, criaturas que suelen no enojarse ante chicanas con dejos de maldad sí pero, y es muuuuy importante, no las tienen por pavas, no muy humanas, tal vez, tontas jamás.
De paso, gracias Rinconete por negarse a inaugurar el patoviquismo bloguero K…..
Apolinario
Le pido perdón, efectivamente al hablar de debate pensé que hablaba del debate presidencial. ¿Y usted cree sinceramente que no ha habido debate político en estos 12 años? Es decir, que se pudo votar la Ley de Medios o el Matrimonio Igualitario, la expropiación de YPF o el fin de las AFJP, por ejemplo, sin negociar ni debatir. Como si CFK se levantara a la mañana, imaginara algo y sus entusiastas levantaran la mano.
En su candorosa imagen no hay factores de poder ni presiones, incluso en el interior del oficialismo, sólo un monólogo de CFK.
Asombroso.
¿Tan difícil es entender lo que es un debate?
Lo explico: debate es Apolinario diciendo que todo en el kirchnerismo es una bosta y nosotros respondiendo que tiene toda la razón.
Gente grande, cheeee!!!!
Rinconete, su aparentemente inocente chicana para mi, termina provocando daños colaterales. Hágase cargo de ram, por favor.
Bueno, tá bien, hay que ser serios y definir de qué cornos hablamos cuando hablamos de "debate", y también hay que admitir que de ámbitos como la MAK, el bloguerío y otros antros de inadaptados populistas, malpensadores y escandalizadores de suegras/os no puede salir una definición decente, justa y pipí cucú (y de derecha como dios manda), entonces cuando se haga la ley de "debate para pocos" (después de todos, cuántos son los que le dan bola a los debates?, que lo primero sea lo primero, definir la tele como la auténtica RAE debatera, redactar los manuales de estilo (que incluya traza y maquillaje de los moderators) y cosas de las que hablar, es un espectáculo para familia y no puede ser que alguien pueda defender el casorio entre putos o que las mujeres son seres humanos u otras atrocidades así…. no, hay que debatir con seriedad, aunque nos cueste hacerlo costumbre. Ëso, señor Rinconete, seamos serios, un tema central es la economía, y es crucial pero ¿algún candidato o silla vacía dijo algo del ahorro estatal?, del gasto superfluo?, de lo bien que funcionaría todo si en lugar de hojas A4 se normalizara en el 1/2 oficio?, y los árboles agradecidos, la ecología ídem y un tocazo de guita en ahorro, ministruchos felices….. debates en serio, claro que sí.
Rinconete, me gustaría saber por qué si utilizo la palabra debate del mismo modo que usted, y en el mismo contexto, piensa que yo me refiero al debate presidencial, al cual no le hé dedicado ni siquiera una palabra. ¿Prejuicio?
Donnantuoni, ¡Camine a cucha! Romper tanto siliencio en estas páginas para escribir eso debería avergonzarlo.
NO han servido para nada, Rinconete.
Amigo Apolinario
No me diga que, candorosamente, cree que debate político es lo que una simpática ONG y un par de paparulos mediáticos con cara seria definen como tal. No me haga pensar que realmente tantas horas dedicadas a leer la MAK no han servido para nada.
"Esperamos que el tan promocionado fin de ciclo sea el final de la oposición a lo Álex, y nos devuelva a la discusión de una agenda política que espera y requiere debate."
¿Debate? ¿Es joda?