Notas

La Crónica de la Semana | Domingo 10 de marzo de 2019

By 10 marzo, 2019

Termina otra semana trepidante en la que no tuvimos lluvia de inversiones pero tampoco Pobreza Cero, es decir, una de cal y otra de arena. Además, como bien lo señaló el presidente, “ahora llegamos a una estabilidad cambiaria, con un Banco Central que tiene una política monetaria clara”. Es cierto que lo dijo hace un montón, el 27 de febrero del 2019, y en el medio pasaron cosas: el Banco Central sufrió una nueva corrida contra el dólar que generó una nueva devaluación de la moneda y una nueva subida de tasa. Pero lo importante es que durante unas horas tuvimos estabilidad cambiaria y eso seguramente redundará en un venturoso tercer semestre.

Inspirado por el optimismo presidencial, Marcos Peña decidió escribir una nueva Crónica de Narnia y señaló por su lado que “Argentina está mejor que en 2015 en todas las variable. Vamos hacia una economía normal, que busca bajar la inflación, crecer y generar empleo”. Como cualquier economista serio lo sabe, para bajar la inflación y el desempleo el primer paso consiste en subirlos. Y en ese sentido es evidente que estamos mucho mejor que en 2015.

Este domingo se llevarán a cabo las elecciones provinciales en Neuquén, el primer test de un largo año electoral. Es decir que hoy sabremos si fue un comicio local sin ninguna proyección posible en lo nacional o perdió el candidato kirchnerista, lo que demuestra que el electorado no quiere volver al pasado y prefiere seguir con el cambio y coso.

Durante la semana asistimos a un nuevo ejemplo de Nado Sincronizado Independiente (NSI) a través del cual funcionarios oficialistas, periodistas serios y asociaciones de humoristas como el Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires y ADEPA salieron en defensa del buen nombre y honor de Daniel Santoro sin mencionar a sus colegas y supuestas víctimas, Alejandro Fantino y Romina Manguel. Al parecer, estaríamos frente a una nueva operación del kirchnerismo, un colectivo todopoderoso que además de controlar al país, no vuelve más. El argumento repetido una y otra vez insiste en que el problema es Marcelo D’Alessio, una fuente del periodista, y no el propio Santoro. En realidad, como señaló Horecio Verbitsky en El Cohete a la Luna, “el problema no son las fuentes de Santoro, sino las terminales que lo usan como fuente a él y su rol como introductor y garante de D’Alessio entre víctimas de la extorsión”.

En un interesante artículo en el Cohete a la Luna, Agustino Fontevecchia criticó la actitud general de los medios frente al caso Santoro, y señaló que si los periodistas se consideran “garantes de la democracia (…) las violaciones de la ética periodística (…) destruyen la confianza de la audiencia en el periodismo que supuestamente defiende intereses objetivos.” En realidad, un periodista no debería ser mayor “garante de la democracia” que un arquitecto o un taxidermista y, como ambos, tiene derecho a defender su propia subjetividad. El drama de nuestros medios no lo configuran las opiniones no objetivas que publican sino la posición dominante con la que gozan. Dicho de otra manera, la democracia debería temerle más a la fusión Clarín-Telecom y al enorme control del mercado de las telecomunicaciones y medios que eso generó que a las opiniones desquiciadas de Federico Andahazi o a las operaciones de Daniel Santoro y el falso cosaco que encontró en su living.

Otro momento epifánico de la semana fue aportado por Julio Bárbaro, líder del Peronismo Imaginario y ex habitué de las cuchetas de TN, quien señaló que “otro gobierno de Macri sería malo, pero un regreso de Cristina sería mucho peor”. Bárbaro se arrepintió por haber votado a Macri pero eso no le impide seguir oponiéndose a CFK. Se trata de la famosa persistencia del rechazo, una obsesión que se estudia en la Anthony Hopkins University.

Todo lo que quieran pero ya no le tenemos miedo al censista.

Imagen: Un oficial de La Cámpora obliga al juez Ramos Padilla a investigar al fiscal Stornelli (cortesía Fundación LED para el Desarrollo de la Fundación LED)