Notas

El cherry picking y las islas Feroe

By 27 mayo, 2020 2 Comments

A mediados de marzo, Mauricio Macri habló con Alberto Fernández y le pidió “no tomar medidas drásticas que frenen la economía”. Según trascendidos, explicó no estar de acuerdo con la paralización total del país que generaría una cuarentena y pidió seguir “el modelo inglés.”

Cuando el modelo inglés fracasó y el Primer Ministro Boris Johnson dio marcha atrás con la idea de la “inmunidad de rebaño”, la oposición y nuestros medios serios (dos colectivos que cuesta cada vez más diferenciar) encontraron otras fuentes de inspiración. Hoy cuesta creerlo al ver el desastre sanitario de Brasil, pero en algún momento entre marzo y mayo, el modelo de Jair Bolsonaro también fue un ejemplo a seguir. Al igual que el de Donald Trump que según sus entusiastas tenía la ventaja de combatir la pandemia sin que la economía se resienta, dos objetivos que no logró cumplir. En EEUU, ya son 100.000 los fallecidos por coronavirus y el desempleo trepó al 15%, la cifra más alta desde la Gran Depresión. Luego el ejemplo fue Chile, al menos hasta el colapso que padeció en estos días su sistema de salud. En algún momento también debíamos parecernos a Corea del Sur aunque sin su modelo extremo de control ciudadano o a Alemania pero sin su gasto público desaforado.

Italia fue también un caso exitoso de levantamiento de la cuarentena hasta que hace unos días aumentó un 50 % la cantidad de casos en 24 horas y hubo por primera vez más de 100 muertos diarios. Como explica Nicolás Olszevicki, Doctor (UBA) y gran divulgador científico: “Los levantamientos exitosos se miden con retraso.”

Varios periodistas serios manifestaron su hartazgo frente a la que consideran la cuarentena más larga del mundo. Nicolás Wiñazki confesó con visible congoja que acaba de ser tío y no sabe cuando conocerá a su sobrina, y que lo mismo ocurre con su papá, su mamá e incluso sus abuelos. Su colega Marcelo Longobardi no lamentó la imposibilidad de conocer a la sobrina de Wiñazki pero advirtió: “no tengo por qué poner mi libertad en manos de la señora de Kirchner” y exigió reemplazar el sistema actual por una “cuarentena inteligente”, una propuesta atractiva sobre la que lamentablemente no aportó más detalles.

Por su parte, a la vez que exigió “sensatez” al gobierno, el bailarín indignado Maximiliano Guerra denunció la extensión de la cuarentena, “Si esto no es comunismo, ¿qué es?”. Se trataría de la famosa sensatez comunista.

En todo caso, más allá de sobrinas desconocidas y marxismos imaginarios, el cherry picking continuó y hace unos días los medios serios propusieron emular en la lucha contra el coronavirus a Uruguay. Hoy leo que el nuevo modelo a seguir podría ser Paraguay.

Como lo resumió Olszevicki: “Estuve leyendo un poco y parece que ahora Argentina debería haber combinado el modelo de testeo de los países ricos, con el control de los países comunistas y el relajamiento de los países con 3 millones de habitantes. Una huevada.” 

Por mi parte, creo que deberíamos seguir el modelo exitoso de las islas Feroe, territorio europeo libre de coronavirus y en el que la gente volvió a asistir a los partidos de fútbol. Propongo como primer paso para emular ese ejemplo virtuoso que reduzcamos nuestra población a los 50.000 habitantes que tienen las islas.

Es sólo cuestión de elegir quien se queda.

Imagen: Comando venezolano-iraní con barbijos provistos por el Instituto Patria (cortesía Fundación LED para el desarrollo de la Fundación LED)

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