Convencidos, como nuestros amigos de La Nación, que las graves denuncias sobre supuestos casos de esclavitud deben ser investigadas sin contaminaciones políticas e ideológicas, decidimos entrevistar al gerente de RRHH de Nidera, la empresa denunciada.
El ejecutivo, luego de ofrecernos un exquisito nespresso (What else? agregó con simpatía), nos explicó que el trabajo rural y en particular el temporario, por su propia naturaleza, a veces presenta algunas externalidades algo discutibles, tal vez incluso inhumanas, pero definitivamente legales.
Para ilustrar sus dichos nos enseñó los tachitos en donde los trabajadores realizan sus necesidades (unas latas de defoliante que por razones de optimización del espacio, también usan cada semana en su aseo personal), las latas de arvejas vacías en las que sirven su colación diaria y los diarios con los que se cubren a la noche y que las trabajadoras también utilizan como toallas íntimas (gran parte del personal femenino tiene más de 12 años).
Para terminar de descartar cualquier duda sobre la legalidad de los métodos utilizados, el gerente puso a nuestra disposición los tickets fiscales de las latas de defoliante, las latas de arvejas y la factura del diariero. No son gastos menores, como pudimos constatarlo, que se agregan a los importantes costos de insumos y personal que la empresa debe afrontar para llevar adelante un negocio incierto y de escasa rentabilidad (Nidera sólo paga por impuesto a las ganancias el 1 por 10.000 de sus ventas).
“Todo el mundo quiere invertir en la Argentina pero no puede porque tenemos un país que no es previsible”, nos señaló con preocupación la Mentalista de Gorlero, con quien nos cruzamos en la sala de reunión de la empresa.
Para pensar.
Foto: Habitaciones de empleados rurales en una plantación de algodón de Nidera en Alabama (Cortesía Gerencia de Comunicaciones de la empresa).
Si existiera algún incumplimiento o algún pequeño olvido de parte de la empresa, sin duda la UATRE lo hubiera notado. El Momo Venegas sabe un montón sobre incumplimientos y no dudaría en denunciar esos olvidos a los mismos gerentes de la empresa, con los que almuerza todas las semanas.
Son un ejemplo de aplicacion de la ley laboral.
Si hasta les proveen los utensillos para preparar sus alimentos.