Un placebo es una sustancia farmacológicamente inerte que según algunas teorías es capaz de provocar un efecto positivo a ciertos individuos enfermos si éstos creen o suponen que la misma es o puede ser efectiva (el “efecto placebo”).
El famoso efecto placebo se debería entonces a la propia sugestión del paciente, convencido de que se trata de un medicamento real que lo va a curar.
Desde hace casi 8 años, contamos con una oposición placebo cuyos efectos no se deben a su naturaleza inerte sino a la propia sugestión de quienes, opositores u oficialistas, la toman por lo que nunca fue: una opción de gobierno.
Gracias a los efectos de la sugestión, quienes detestan al gobierno logran tomar en serio el tresocuatrocosismo del dúo cómico Terragno-Duhalde, el partido vecinal de Pino preocupado por la minería a cielo abierto o los partos sin peridural anunciados por la Mentalista de Gorlero. Sienten que de verdad detienen la solución a nuestra barbarie.
Los otros, los oficialistas, encontramos en esa misma oposición una razón más para seguir siéndolo. La sugestión nos hace creer que ese colectivo inerte tiene una real vocación de ser gobierno.
Y eso nos preocupa tanto que seguimos apoyando al gobierno aún sin haber dilucidado si es progresista químicamente puro o peronista pipí cucú y pese a la falta de reforma de la Federal, a las arengas de Barone y a que el gran Ginés solo sea embajador en Chile.
Quiero decir ¿Quién nos soporta?…
Un abrazo!
r.
Gerardo
¿Y ahora quien nos banca?
Muchas gracias,
r.
Me encantó el post. Lo leí recién en la radio.
Saludos!
Fiorde
Creo que hay un pacto de hierro entre el oficialismo y la oposición. Los primeros no quieren dejar de gobernar y los segundos, como Bartleby, preferirían no hacerlo.
El resto es logística.
Guillermo
No está mal la comparación.
Como los medicamentos vencidos, la oposición tiene toda la apariencia de lo útil. Partidos, internas, programas, tresocuatrocosas e incluso votos (aunque cada vez menos). Lo que les falta es el principio activo.
Solo eso.
Saludos,
r.
Con una sola cosa estoy en desacuerdo: de inerte, el placebo si, pero estos nada. Son versiones similares o, en algunos casos, directamente los mismos medicamentos vencidos con los que ya nos intoxicamos en oportunidades anteriores, y quedamos bordeando la muerte.
Es que mis ojos me engañan? Un blog ateo que revindica a un ministro de salud? Solo le faltan las fuertes críticas al gobierno y he encontrado mi propia fuente de la vida.
Hablando en serio (hu, ahí va de nuevo el pesado este…), estoy de acuerdo con tu observación. Gran parte del diverso grupo que se opone al oficialismo (decirles oposición es atentar contra la racionalidad) no hace más que revindicar que la presidenta que desbarato el negociado de las AFJP es la única (o por lo menos muy solitaria) figura que de verdad puede garantizar un país más o menos estable y más democrático.
Personalmente creo que el oficialismo ha levantado su imagen por sus acciones de gobierno, pero en igual o mayor medida porque los del otro lado, siendo quienes son, no hacen más que favorecer a su imagen con sus críticas vacias de contenido.
Hacen mérito propio; no hay nadie que se les oponga como una opción real; y además de todo (y lo mejor a mi parecer) los que se oponen son totalmente impresentables. Solo le falta contar con un pueblo que sepa participar en democracia y el país sería la joyita del mundo. Que pena que en ningún lugar del planeta exista tal pueblo.
Saludos. Fiorde.