Una de las tantas patologías de este gobierno generoso en ellas pareciera ser la arbitrariedad. Es un hecho tan evidente que no requiere ser probado, como la infalibilidad de Joseph Ratzinger o la ignorancia tenaz de Esteban Bullrich. Alcanza con ser repetido una y otra vez en cenas con amigos y almuerzos familiares.
Sin embargo, de los presidentes que hubo en democracia no me queda claro que éste sea un gobierno que se caracterice por su arbitrariedad. Salvo la AUH, las grandes iniciativas de Cristina pasaron por el congreso, en donde por lo general el oficialismo tuvo que hacer votar leyes sin contar con mayoría propia. No ha abusado de los decretos y nunca llevó adelante iniciativas contrarias a sus promesas (promesas que tuvo la habilidad de reducir al mínimo).
Alfonsín, luego de cumplir con lo prometido y enjuiciar a las juntas, trató de volver atrás con la Obediencia Debida y el Punto Final, iniciativas por supuesto nunca mencionadas durante la campaña. Incluso dejó el poder, algo arbitrariamente, antes de la fecha comprometida.
Menem tuvo un margen de maniobra infinitamente mayor al actual oficialismo, aunando la supuesta arbitrariedad de Cristina y la obediencia al poder económico de la actual oposición. No solo no cumplió con lo prometido sino que se jactó de ello.
Pero incluso De la Rúa fue más arbitrario que CFK en el sentido de no cumplir ni siquiera con las anoréxicas promesas de su campaña. Redujo imprevistamente las jubilaciones y frente a la denuncia de un grave hecho de corrupción (las coimas en el Senado) cuyo combate fue la razón de ser de la Alianza, defendió a los acusados, generando una grave crisis institucional y precipitando su también arbitraria fecha de partida.
Duhalde, en su corto reinado, contó con el apoyo total de la prensa, de los grupos económicos y de la oposición (aunque hay que reconocer que a través de la carpa de oxígeno era difícil interpretar si los radicales estaban a favor o en contra). La sola pesificación de las deudas sin el límite de 100.000 pesos/u$s anunciado inicialmente, una colosal transferencia de riqueza desde mi tía Chola hacia Escasany, debería alcanzar para colocar al compañero Duhalde en el hit parade de la arbitrariedad política. La relación ¨daño generado / tiempo utilizado en la toma de decisión¨ es inmejorable.
Creo que cuando se menciona la ¨arbitrariedad¨ del oficialismo, se piensa en ¨decisión¨.
Es probable que nadie crea que De la Rúa haya decidido nada, sino que la decisión llegaba a través de los empresarios que hacían lobby o en menor medida a través de su propio equipo económico (Machinea, Ricardo el Breve o Cavallo). Con Menem pasaba algo parecido, hacía lo que ¨se debía hacer¨. No era una decisión personal ni política sino del ¨sentido común¨ imperante.
Con Cristina pasa algo diferente. Ni los opositores más recalcitrantes sostendrían que las decisiones responden a un lobby empresarial o a sus ¨equipos técnicos¨ (de hecho la critican por no tenerlos). Decide la presidenta.
Eso es sin duda arbitrario.
Minaverry
Rinconcete, Rinconete, Rinoceronte. Da igual, lo importante es pasar el tiempo.
Lo terrible es cuando tenés un apodo que no genera empatía alguna, como elbosnio por ejemplo, y nadie se confunde al nombrarte ya que nadie te nombra.
Triste, muy triste.
En un oscuro rinconcete, al pobre rinconete, un rinoceronte le rompio el….
Me falta una nueva interpretacion del nombre y ya tengo el puema.
Hasta que no lo leí bien tranquilo de principio a fin, siempre pensé que tu nombre era "Rinconcete". Debe ser una cosa del cerebro…
Fiorde
No, Majul no. Cualquier otro pero Majul no. Es una comparación demasiado dolorosa.
A la puta, ya me parezco a Luis Majul escribiendo…
Con su permiso, me voy a internar al hospital. Algo malo debo tener.
PD: por lo mneos he comproabdo que soy el úinco bolduo que lee la lerta inciial y fnial de froma crroiente.
Saludos. Fiorde.
"Creo que cuando se menciona la ¨arbitrariedad¨ del oficialismo, se piensa en ¨decisión¨."
ni mas ni menos
Si Nestor hubiese dado luz verde a la compra de Telecom por Clarin, habriamos tenido un estadista y hoy un martir.
Hace poco fue ¨rinconcete¨, ahora ¨rinoceronte¨. Acá faltan políticas de Estado a largo plazo, incluyendo mi nombre.
Guillermo
Si Cristina hubiera dejado la ley de medios en un cajón, si no hubiera tocado el negocio de las AFJP y de los derechos del fútbol, si no hubiera impulsado las paritarias y la investigación de papel Prensa y si hubiera dicho, como tantos bienpensantes que no era el momento de sacar la ley de matrimonio gay, hoy no habría ninguna crispación por más que manejara el resto de sus decisiones por DNU y clausurara el Congreso.
Morales Solá hablaría de una política de raza, el dúo cómico de A Dos Sobres saludaría a la nueva Indira Gandhi y Mariano el Latinista lamentaría que no pueda presentarse en el 2015. Y todos se quejarían de la politiquería del congreso, como en la época dorada del menemismo.
Bueno, Giustiniani es senador. No perdamos esperanzas.
Pero, ud. por ejemplo, si fuera clarín…si un gobierno le licuara sus deudas pasándoselas al estado, no le diría ni arbitrario, ni autoritario, ni nada, a ese gobierno, aunque la medida se tomara con paracaidistas "carapintada", tanques, bombardeos, bomberos voluntarios, etc.
Está claro que el vocabulario varía dependiendo de si, precisamente los que tienen voz, son beneficiados o no.
Lo de "rinoceronte" me mató. Creo que lo voy a adoptar.
Con arbitros como estos tenemos asegurado el próximo mundial en brasil… 8)
Muy bueno el análisis. Necesario en momentos donde las palabras cruzadas pasan por "la punibilidad a los 14 no/si(tache lo que corresponda) va a arreglar todos los problemas de inseguridad del país para siempre". Mi querido rinoceronte, si no tubiera un nombre tan poco marquetinero, usted fijo llega a senador (o ayudante de concejal por lo menos, jeje).
Saludos. Fiorde.