En el 2008 Cleto Cobos conoció la gloria a partir del voto ¨no positivo¨ a un proyecto de ley del oficialismo que él representaba. No necesitó mucho más para transformarse en un estadista, en el futuro presidente de los argentinos y en la solución a todos nuestros problemas. Lo que decía y sobre todo lo que no decía reforzaba esa idea de hombre providencial, profundo y tolerante.
Un año después, luego de una hábil y larga campaña, De Narváez le ganó las elecciones a Kirchner en la provincia de Buenos Aires. Tenía un plan, aunque al parecer nunca tuvo tiempo de mostrarlo, era simpático y bailando en la televisión se lo notaba realmente a gusto.
Cobos continuó mencionando la necesidad de diálogo y denunciando la falta de consenso y algunos otros vapores más, cada vez que su abultada agenda de maratones junto a la diputada del Séptimo Día Hotton se lo permitió. De Narváez anunciaba el fin del ciclo kirchnerista mientras aseguraba que la gente le agradecía “haberle roto el culo a los pingüinos”, sin generar las escándalos habituales que generan los exabruptos oficialistas, y sin detallar su Plan, aunque eso no le importaba ya a nadie.
Uno y otro se instalaron en sus respectivas franquicias a esperar que llegara el Premio Mayor. La presidencia para uno, la presidencia o al menos la gobernación para el otro. El trabajo duro estaba hecho y los medios aportarían el resto.
Como los liliputienses de la microscópica fábula corporativa, Cobos y De Narváez no entienden qué pasó. Siguieron haciendo exactamente lo mismo que los propulsó a la fama, es decir nada, pero ya no logran ni disciplinar a un concejal. Los medios los desprecian y hoy cuesta creer que el bailarín colombiano o el Chauncey Gardiner mendocino hayan podido generar alguna expectativa.
Mi queso…¿Quién se lo ha llevado?
De apoco, primero deben aceptar su condición de ratones, para el laberinto ya habrá tiempo.
Creo que tanto Cobos como De Narváez aún no se enteraron que están en un laberinto. La hija de Cobos no se anima a decirselo y los operadores de De Narváez están demasiado ocupados negociando su reconversión.
la foto debería llamarse "¿y ahora qué?"
smboliza el salto de la mente al comprender que del laberinto se sale por arriba
Lo que pasa es que el Toti Pasman está más acostumbrado a que el Colo le rompa el orto que a tener adentro la de Maradona.
Bueno, aprovechando la distracción generada por el simpático rodeador, me corro un poco del tema: estaba recordando las notas de perfil -y fue más o menos lo mismo en todos los medios, en su momento- y pensaba ¿que loco no? Un ex futbolista dice "mamar", "tenerla adentro", "que la chupen" y es flor de escándalo y se las menciona como "frases cargadas de odio".
Un diputado dice literalmente "romper el orto" y es no más que un exabrupto.
A mi también me pareció muy mono y por eso decidí publicarlo.
No te voy a mentir, el texto es pura sanata para acompañar la foto.
Saludos,
r.
En relatos complejos y profundos como este, solo hay una cosa que decir equivalente en complejidad:
Que ratoncito más mono!
Lo demas es pura sanata.
Saludos. Mr F.