Columna publicada en Nueva Ciudad.
También se obnubilan con el axioma que estipula que “antes de repartir riqueza, hay que generarla”, como si pudiera existir un tiempo 0 en el que no hubiese riqueza alguna para repartir.
Estas ideas son falsas pero lo suficientemente atractivas como para ser presentadas como verdades bíblicas, merecedoras de ser repetidas como letanías. Entre ellas hay algunas que, además de ser falsas, tienen la particularidad de incluir una visión mezquina de quien las profesa. Como el librecambismo criollo -doctrina que consiste en apoyar cualquier proteccionismo siempre que sea foráneo- esas ideas descreen de cualquier virtud o grandeza local. Forman parte del pensamiento abichado, un pensamiento miedoso, bobo, carente de generosidad pero, sobre todo, de ambición.
Hace unos días, en un informe titulado “Argentina, país generoso”, Jorge Lanata y Maximiliano Montenegro contabilizaron los “gastos” que generan los alumnos extranjeros inscriptos en la UBA y, retomando una letanía habitual, detallaron el número de extranjeros que se atienden en los hospitales públicos bonaerenses. Con gesto adusto, ambos periodistas repitieron cifras, porcentajes y estimaciones propias, sin ningún contexto ni escala de comparación que permitiera analizarlas, ya que el objetivo no era articular algún tipo de pensamiento sino indignar al indignado y confirmar la veracidad del título del informe: los extranjeros abusan de nuestra generosidad. La solución a ese abuso consistiría, según Lanata, en “plantear una compensación de Estado a Estado. Es injusto para todos los que pagamos impuestos que un pibe de clase de media de Colombia venga a estudiar a la universidad cuando podría pagarla en Bogotá”.
No deja de ser paradójico que los nietos de esa “chusma ultramarina” que tanto denunció Leopoldo Lugones hace cien años, se encarguen hoy de perseguir a la nueva chusma venida de los países vecinos. Pero lo más asombroso es el pensamiento abichado que emerge del informe. No sólo porque contabiliza el supuesto “gasto” que nos genera cada estudiante sin incluir lo que aporta (gasto en alquiler de vivienda, consumo de alimentos, ropa, libros, turismo, pago de impuestos), sino porque parte de un razonamiento erróneo al hacer creer que a esos alumnos les “corresponde” un gasto específico, cuando en realidad, el presupuesto de la UBA no se reduciría ni un centavo, aún en el delirante caso en el que los expulsáramos a todos. De la misma forma, porque estudien acá no quitan ni desplazan a estudiantes argentinos dado que no hay cupos, como algunos quieren hacer creer.
La miserabilidad de este tipo de informes, panfletos del pensamiento abichado, radica en que ocultan que una red regional de profesionales formados en el país es una enorme ventaja para la Argentina, algo elemental que los países que tanto admiran Lanata o Montenegro han comprendido hace décadas.
La Fundación Ford, la Alianza Francesa o el Instituto Goethe, por ejemplo, gastan fortunas para hacer eso que tanto indigna a nuestros periodistas: formar estudiantes y profesionales extranjeros. Esa relación no solo genera “gasto” sino conocimiento, redes de contactos con futuros profesionales, empresarios o políticos, interacción con empresas locales, afinidades con el país y todas las ventajas relacionadas a la llamada “hegemonía blanda”.
Hace más de cien años que los inmigrantes son vagos, sucios, apestados y, además de no querer trabajar, vienen a robar nuestro trabajo. El elegante Santiago de Estrada escribía en aquella época que los conventillos eran una “lepra moral” y los extranjeros que los habitaban unos “miserables, egoístas, sin fuerzas para el bien”.
Por eso, como antídoto al pensamiento abichado de hoy y de siempre, conviene releer lo que escribieron hace 163 años unos tipos con mucha generosidad pero, sobre todo, mucha ambición: “…asegurar los beneficios de la libertad, para nosotros, para nuestra posteridad, y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino”.
Yo hice mi doctorado en Francia. País en donde los estudiantes pueden estudiar gratuitamente en las universidades, que no tienen cupo. El Estado francés, cuando yo era estudiante doctoral me eximía de impuestos, me pagaba la seguridad social y me subsidiaba el alquiler (50% del alquiler, incluidas las expensas, de un departamento de 2 ambientes en la ciudad de Tolosa).
En Argentina, solamente se permite la inscripción de estudiantes extranjeros y sí hay cupo para ellos. No conozco ningún programa argentino de subsidios para gastos de vivienda de estudiantes universitarios.
Foto: "Salón donde los inmigrantes esperan su turno para el comedor (MUNTREF Museo de la Inmigración. Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina)"
Y para proteger la pureza del pensamiento abichado está el comisariato político implantado por el PRO:
Despiden a una secretaria del Estado por haberse sacado una foto con el vice del Senado.
Una joven fue cesanteada del ministerio de Agroindustria porque a los funcionarios "no les cayó bien" que se haya fotografiado junto a Gerardo Zamora.
Una joven fue despedida del ministerio de Agroindustria porque a los altos funcionarios de allí "no les cayó bien" una foto que ella se tomó con Gerardo Zamora, senador de la Nación por Santiago del Estero del Frente Para la Victoria.
Se trata de Yamila Buryeile, ex secretaria privada del subsecretario de Coordinación Política del Ministerio de Agroindustria, Hugo Rossi que fue despedida por una foto que "no había caído bien arriba".
http://www.eldestapeweb.com/despiden-una-secretaria-del-estado-haberse-sacado-una-foto-el-vice-del-senado-n22104
Bueno, como argentino de bien, decente y mejorpensante que soy, vine "de los barcos" como corresponde y tengo un inmejorable pedigree de muerto de hambre europeo legítimo, nada que ver con el morochaje criollo pero, llegado a este punto, debo marcarle un punto que han pasado por alto, seguramente por alguna contaminación o mestizaje con la indiada….. en los barcos, no sólo vinieron mis abuelosy demases próceres, también llegaron los bichos que falta definir en su post; sí, llegaron las ratas…. y ahí tienen la realidad embichada, y si no me creen, pregunten en la fiat.
Claro que el trasfondo es preparar el terreno para el ajuste.
Con los estudiantes extranjeros el balance para el país es claramente muy positivo. Para empezar el nivel en general es muy bueno, por lo general nadie se muda de pais, con todos los trastornos que eso implica, para boludear.
Muchos por ahi deciden quedarse a laburar y producir acá. Ejemplo tonto pero capaz que alguno se vuelve a su país y decide ponerse a vender vinos argentinos.
Lamentablemente si siguen las políticas macristas la cantidad de extranjeros va a bajar simplemente porque el país se va degradando de a poco, se vuelve menos atractivo y encima mas caro…
Antes de este gobierno, los comentarios xenofóbicos eran mal vistos, si es que no denunciados sobre todo si se trataba de los medios.
Que pobre es el pensamiento macrista: deuda, curro, misshiadura, entreguismo economico y xenofobia.
Pongamos a dieta a Lanatta y tenemos el pan como para cuatro inmigrantes que estudien medicina y vallan ha hacer el bien a cualquier parte del mundo o si quieren que se queden.
ya solucionamos el problema de la UBA en un 1 por ciento, viste gordo que cualquiera habla boludeces.