Termina otra semana trepidante en la que no tuvimos lluvia de inversiones pero tampoco Pobreza Cero, es decir, una de cal y otra de arena. Además, como explicó el presidente Mauricio Macri en referencia a las próximas elecciones, “si ganamos iremos en la misma dirección, pero más rápido”. Una noticia realmente alentadora, eso significa que seguirá aumentando el desempleo, la pobreza, la indigencia, la inflación y la deuda, pero más rápido.
Al insistir con un modelo que permitió crecer durante 12 años, con sueldos y jubilaciones por encima de la inflación y desendeudamiento, CFK era una presidenta autoritaria, obsecada y enferma de Hubris. Al insistir con un modelo que en 3 años nos empobreció, reduciendo el poder adquisitivo de sueldos y jubilaciones, disparando la inflación y el dólar y llevándonos hacia un nuevo default, Macri es un presidente valiente, aplaudido por la derecha refinada que tanto emociona a Vargas Llosa. Acá el que no entiende es mapuche-iraní.
Por su lado, el ministro Dante Sica anunció que “la inflación es mental”, otra noticia alentadora. Lo extraño es que el propio gobierno acepte los aumentos de alimentos, prepagas, peajes o remedios que se llevan a cabo argumentando algo que en realidad no es más que un estado mental. Tal vez la inacción del gobierno se deba a que el ministro no alertó a sus colegas de este nuevo descubrimiento, aunque sería sorprendente ya que a diferencia de lo que ocurría bajo el cruel látigo de la Cobra de Tolosa, ahora sí hay reuniones de gabinete.
Durante la larga noche kirchnerista, nuestros periodistas serios y analistas ídem nos explicaban que el aumento de la inflación e incluso la devaluación del peso eran culpa de la impericia del gobierno. Desde que gobierna Cambiemos hemos aprendido que no todo es tan lineal. No sólo la inflación es mental, como sostuvo el incansable ministro de la Pérdida de Producción, sino que también es un problema cultural, como bien lo aclaró Luis Brandoni. Frente a un fenómeno psíquico-cultural de estas características, ¿qué otra cosa podría hacer el pobre Guido Sandleris, titular del Banco Central, además de seguir propiciando la fuga y las tasas siderales?
Pero el descubrimiento de la inflación psíquica no fue el único momento epifánico del ministro Sica. Junto a su colega de Desarrollo Social Carolina Stanley, anunció el aumento de la pobreza según las nuevas estadísticas del INDEC. Vestida de negro, como exigía la ocasión, y con un trémolo en la voz que hacía recordar a la mejor Vidal, Stanley explicó que “hoy es un día triste”. En rigor de verdad, son 3 años tristes, pero, como bien lo señalaron varios periodistas serios como el ineludible Luis Novaresio- periodista mesurado como lo prueba el uso de la barba- lo importante es que ahora el gobierno dice la verdad.
Por otro lado, debemos reconocer que así como ambos funcionarios apoyaron con pasión las iniciativas oficialistas que incidieron en el aumento de la pobreza hoy lamentan con ahínco sus resultados. Eso también demuestra una empatía con los más humildes poco frecuente. Como bien dijo la propia Stanley: “trabajamos todos los días para revertir la pobreza”. Que logren el resultado opuesto no debería hacernos olvidar sus buenas intenciones, que, como bien decía mi abuela, son lo que vale.
En otro gran momento de #JusticiaFabioZerpa, de máxima creatividad, el juez Bonadio procesó a CFK en la causa que investiga el uso de aviones presidenciales para enviar los diarios a Santa Cruz, basada, como tantas otras, en denuncias periodísticas. Pero los diarios aerotransportados con fondos federales no fueron la única perla de la semana: Amado Boudou volverá a ser juzgado por un 08 cuestionado, correspondiente a la compra de un auto usado en 1993, e irá a juicio oral por rendiciones irregulares de viáticos durante dos viajes oficiales realizados a Francia. “Técnicamente no es persecución”, diría Laurita Alonso, la asombrosa titular de la Oficina Anticorrupción que en tres años de gobierno de los contratistas del Estado no descubrió un sólo conflicto de interés.
Todo lo que quieran pero ya no le tenemos miedo al censista.
Imagen: En el Instituto Patria, el comando venezolano-iraní espera instrucciones de CFK (cortesía Fundación LED para el Desarrollo de la Fundación LED)