Termina otra semana trepidante en la que no tuvimos lluvia de inversiones pero tampoco Pobreza Cero, es decir, una de cal y otra de arena. Además, como bien lo repitió el Presidente “Si soy reelecto haré lo mismo pero más rápido”. Expertos de la Anthony Hopkins University calcularon que en febrero podríamos pasar la vara del 100% de inflación, en julio el 60% de pobreza y a fines de año todos moriremos, lo que reduciría el gasto público a cero. Una noticia alentadora.
Por otro lado, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, anunció que “el gobierno sobrecumplió la meta fiscal del primer semestre”, lo que generó un “superávit primario” notable. Como buen economista serio que es, el ministro nunca habla de “superávit a secas”- que incluye el pago de los intereses de la deuda pública que este gobierno aumentó exponencialmente- sino del “superávit primario” que no incluye esos intereses. Dicho de otro modo: el gobierno privilegia el pago a bonistas y bancos de inversión antes que el pago de jubilaciones y pensiones o la compra de vacunas para los hospitales o de netbooks para las escuelas. Otra noticia alentadora.
En unos pocos días, el vicejefe de gobierno de la CABA explicó que la gente se muere de frío porque no quiere ir a los paradores, la monja Marta Pelloni denunció que la Cámpora es narcotraficante, Margarita Barrientos sostuvo que la gente no quiere trabajar, el ministro Aguad opinó que el levantamiento carapintada fue algo chiquito y sin importancia, los empresarios Cabrales y Rattazi pidieron que echar empleados sea más fácil, Cornejo, el gobernador de Mendoza, dijo que la gente se olvide del regalo de las jubilaciones sin aportes, Daniel Muchnik pidió que maten a Palazzo y Macri reivindicó a De la Rúa. El oficialismo ha decidido consolidar su voto psiquiátrico. Los famosos despiden a la revolución de la alegría.
Lo notable es que la furia oficial contra Sergio Palazzo, titular de La Bancaria, surgió a partir del reclamo de incluir a los trabajadores de Mercado Pago dentro de su gremio ya que realizan servicios financieros al igual que los bancarios. La discusión no es sólo sindical sino, y sobre todo, económica: los bancarios ganan más que los empleados de Marcos Galperín, amigo del Presidente Mauricio Macri, quien trató de “matón” a Palazzo. Al parecer, discutir sobre el encuadramiento sindical de los trabajadores justifica las amenazas hacia los sindicalistas. Otra noble tradición que pensábamos olvidada que Cambiemos retoma con brío.
Sin saber que entraba en un debate doméstico, Donald Trump salió al cruce de las pretensiones de Facebook de entrar en el negocio financiero a través de una moneda virtual. En un tuit, el presidente de EEUU y ex socio de los Macri explicó: “Si Facebook y otras compañías desean convertirse en un banco, deben buscar una nueva Carta Bancaria y estar sujetos a todos los Reglamentos Bancarios, al igual que otros Bancos”. No sabemos si Macri y Galperín tratarán de matón a Donald Trump o si Daniel Muchnik pedirá que lo maten como a Hoffa.
Inspirada por estos nuevos vientos de libertad y coso, la consultora Graciela Römer sostuvo que los sindicatos son una noción “premoderna” y lamentó que “el argentino promedio es estatista y delega todas las responsabilidades cívicas”. No sabemos en qué consistiría “delegar las responsabilidades cívicas” (¿el argentino promedio delega en otro su voto, le hace pagar sus impuestos a terceros?) pero suena indignante y eso siempre suma.
Apenas fue designado candidato a presidente, Alberto Fernández pasó de ser un político moderado a transformarse en “cazador de periodistas”, según Diego Leuco, y en alguien a quien “se la salta la cadena”, según Pablo Sirvén. Joaquín Morales Solá fue un poco más lejos y afirmó que el candidato del Frente de Todos es “impaciente y exaltado” y debe confrontar “con un presidente con la paciencia de un imperturbable Buda.” Si al inicio de su mandato, Macri estaba “en un estado Zen” y tenía “algo de Nelson Mandela”, como señaló Luis Majul, es razonable que hoy Morales Solá alabe su paciencia budista frente a tanto arrumaco mediático. Sólo un monje tibetano podría tolerarlos sin desfallecer.
Por su lado, en su incansable lucha contra la invasión de ideas cosmopolitas ajenas a nuestro estilo de vida, el senador Pichetto, jefe de la bancada opositora hasta hace tres semanas y hoy candidato oficialista, habría descubierto a un comunista debajo de su cama. Hizo la denuncia correspondiente y el juez Bonadio ya habría dictado la preventiva a Axel Kicillof, candidato oriundo del marxismo. No dejemos que el sucio trapo rojo se adueñe de la mente de nuestros jóvenes.
Todo lo que quieran pero ya no le tenemos miedo al censista..
Imagen: Axel Kicillof cuando todavía era oficial del Ejército Rojo (cortesía Fundación LED para el Desarrollo de la Fundación LED)
Es muy buena la reseña @rinconet , el humor nos preserva del infarto ja ja