Termina otra semana trepidante en la que no tuvimos lluvia de inversiones pero tampoco Pobreza Cero, es decir, una de cal y otra de arena. Además, como le dijo un agradecido Mauricio Macri al Secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo: “Transmita a Donald mi agradecimiento por el respaldo de EEUU a Argentina frente al FMI que, gracias a su gestión, flexibilizó condiciones, lo que nos permitió estabilizar la economía y así estar bien posicionados para las elecciones”.
Eso significa que más que préstamo al país, lo del FMI fue efectivamente un aporte de campaña a Cambiemos para encubrir el default, como afirmó Alberto Fernández, y evitar que Macri llegara despedazado a las elecciones presidenciales. Es una noticia alentadora ya que, a diferencia de los préstamos, los aportes de campaña no se devuelven.
Pompeo no se quedó atrás y afirmó por su lado que “Macri tomó las decisiones correctas que fueron en favor de crear oportunidades de crecimiento y reducir el riesgo de la economía.” Sólo resta saber a qué economía se refería.
El partícipe necesario de esta hábil aunque onerosa estafa electoral, el FMI, aceptó un nuevo desembolso de su préstamo stand-by por 5.400 millones de USD, que se suman a los 44.100 millones de USD ya transferidos a la cuenta del gobierno nacional. Como escribió Sebastián Soler en El Cohete a la Luna, “el staff del organismo reconoce errores de cálculo, lamenta resultados adversos y enfatiza peligros que hasta ayer descontaba, pero ensalza las políticas que los engendraron y le exige al próximo gobierno que las adopte”. Pero eso no es lo más asombroso. Según las conclusiones del propio informe del FMI que justifica el nuevo desembolso, “la inflación subió porque los argentinos pudimos comprar más cosas gracias a que nuestros ingresos crecieron, al mismo tiempo que la economía se achicó porque los ingresos de nuestras familias cayeron obligándonos a comprar menos cosas.” Es la famosa economía de Schrödinger.
Alberto Fernández continuó esta semana su recorrida de campaña, esta vez en Córdoba en donde participó de un interrogatorio por parte de Mario Pereyra de la radio Cadena 3. Con ese autoritarismo kirchnerista que siempre busca cercenar la libertad de prensa, Fernández negó ser corrupto, lo que generó un comprensible momento de tensión con el periodista. Viendo esa escena de una intolerancia que creíamos haber sido superada no podemos más que recordar el estilo amable y el derroche de simpatía con la que la Gobernadora Coraje respondió a las preguntas incisivas del Pauta Fantino. El Frente de Todos debe terminar con su guerra contra los medios.
Por su lado, Eduardo Feinmann se burló de Ofelia Fernández tratándola de “izquierda con OSDE” porque la candidata a diputada apareció en una foto con una computadora Apple. Entendemos el asombro del conocido operador independiente: sin ir más lejos hay tipos de derecha que cobran el aguinaldo e incluso mujeres antiperonistas que persisten en votar. No salimos de nuestro asombro.
Durante el acto por los 25 años del atentado a la AMIA, el presidente de la institución, Ariel Eichbaum, afirmó que Nisman fue asesinado, algo que desmiente la propia investigación sobre la muerte del fiscal. La mejor parte, sin embargo, vino al final del discurso: “nunca usamos la causa Amia para ningún interés político…”
Como todos sabemos, canonizar a un fiscal inútil como Nisman- cuyo único legado luego de investigar durante una década el atentado fue la denuncia de un hecho ocurrido 20 años después (el acuerdo con Irán)- no tuvo ningún interés político. Del mismo modo, haber satanizado a Héctor Timerman porque apoyó un acuerdo político para que pudiera seguir el proceso judicial no busca tampoco ningún fin político, es sólo moral.
Todo lo que quieran pero ya no le tenemos miedo al censista.
Imagen: En el Instituto Patria, un oficial de La Cámpora acciona el sistema de escuchas ilegales (cortesía Fundación LED para el Desarrollo de la Fundación LED)