El viernes 24 de marzo, en la primera marcha sin Hebe, la Plaza se volvió a llenar por el mismo reclamo de memoria, Verdad y Justicia. Como escribió Mario Wainfeld: “Cientos de miles se entrecruzan tranquis, los manteros despliegan oferta sobre veredas o aceras. Los comerciantes y los bares abren sus puertas y consiguen llenos envidiables durante varias horas. Las convocatorias rebosan de civismo.”
La columna de La Cámpora, ese espacio tan denostado de ambos lados de la grieta, fue otra vez impresionante. Desde hace 17 años- es decir, desde su fundación- el anuncio de su irremediable decadencia cohabita con su enorme poder de convocatoria.
Desde Juntos por el Cambio volvimos a escuchar los gruñidos habituales. La diputada del PRO Sabrina Ajmechet lamentó que el kirchnerismo la haya expulsado de la Plaza que, al parecer, frecuentaba con ahínco cada 24 de marzo. ¿El kirchnerismo también será responsable de que una persona preocupada por los DDHH como ella haya terminado en un partido que denuncia “el curro” de esos mismos derechos, como hizo el propio Macri esta semana? Una duda trepidante.
Por su lado, frente a la matanza clandestina de la dictadura, Ricardo López Murphy el Breve, otro reaccionario que se autopercibe liberal, exige un listado de víctimas certificado ante escribano. Es una pena que no se lo haya exigido a los ejecutores o a sus mandantes.
El martes, CFK participó en el III Foro Mundial de Derechos Humanos en el CCK bajo la consigna “Voluntad popular y democracia”, junto a Evo Morales, Rafael Correa, Ernesto Samper, José Luis Rodríguez Zapatero y Baltazar Garzón. Todos denunciaron el lawfare, desde el ex juez Garzón- que criticó la ausencia de pruebas en la sentencia de la causa Vialidad (con pruebas condena cualquiera, diría el recordado juez Bonadio)- hasta Correa, quien habló de las persecuciones que padeció en su propio país. Detalló la Causa Cuadernos en su versión ecuatoriana, un ejemplo perfecto de la persecución regional a través de jueces oportunos y fiscales atentos. El fiscal Carlos Stornelli debería cobrar derechos por la utilización milimétrica de su guión. Debemos proteger la ficción argentina.
Además de considerar que gobiernos llamados “populistas” se los persigue porque “igualaron a las sociedades”, la vicepresidenta recordó el estado del país antes que asumiera Cambiemos a través de las declaraciones de tres integrantes de ese espacio político: el ex ministro de Hacienda Nicolás Dujovne, el jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta y el economista Eduardo Levy Yeyati: “Si en el 2015 no había deuda, había reservas en el Banco Central y los salarios reales no estaban rezagados, ¿me quieren decir qué hicieron en 4 años que entregaron el país hecho percha en el 2019?”.
Ocurre que no es su modelo que falla, es la realidad que se equivoca.
Mauricio Macri, autor imaginario de Primer Tiempo, desistió presentarse a un segundo tiempo en las próximas elecciones. En un video que circuló por sus redes sociales anunció su decisión y llamó a combatir los “liderazgos mesiánicos”, algo asombroso viniendo de quién apoya con entusiasmo a Javier Milei. Aunque ese no fue el mayor asombro de su anuncio: también propuso combatir el “capitalismo de amigos”. Es un poco duro hacia Nico y Toto Caputo, Angelo Calcaterra, Juanjo Aranguren, los accionistas de SOCMA, los accionistas de Clarín, los ex accionistas del Correo y tantos otros. Tal vez Macri proponga cambiar el capitalismo de amigos por uno de familia.
En todo caso, la decisión de Macri ordena la oferta de Juntos por el Cambio y permite imaginar una PASO consensuada, siempre y cuando Rodríguez Larreta y la ex Ministra Pum Pum acuerden una posición en el binomio opositor. La gran dificultad, como lo hemos aprendido en estos tres años, es que sólo hay una lapicera.
Hace unos días, la Agencia de Administración de Bienes del Estado otorgó la custodia de un campo en Chapadmalal que hace décadas está en desuso a una colonia agropecuaria para un emprendimiento productivo. En un nuevo Nado Sincronizado Independiente (NSI), nuestros medios serios y la oposición de Juntos por el Cambio denunciaron la “entrega” de bienes públicos. Rodríguez Larreta acusó al gobierno de querer “regalarle a sus amigos tierras que son de los argentinos”. El Terror de las baldosas tiene razón: las tierras públicas no están para darlas en custodia para producir alimentos sino para cederlas definitivamente a desarrolladores y hacer emprendimientos inmobiliarios para ricos. #JeSuisCostaSalguero
Imagen: Un grupo de Madres alérgicas al diálogo amedrentan a policías indefensos (cortesía Archivo de la Fundación LED para el Desarrollo de la Fundación LED)
