En un post anterior, Graciela comentó: “Me inclino a pensar que el alfonsinismo (más que la política alfonsinista) puede estar en la base de la debilidad de los intelectuales (opositores y no tanto). Recuerdo cuando se promovía la importancia de la “democracia formal”, para contraponerse al peronismo, por ejemplo. El apoyo teórico que brindaron a la política alfonsinista parece haberlos llevado a pensar que su función se aseguraba por fuera de la política, como teóricos puros,o encima de la política, como tribunal de la crítica. Y tan mal no les fue durante veinte años.”
Elbosnio, nuestro Maestro de Luz, el Sri Sri Ravi Shankar del kirchnerismo de salón, respondió: “Graciela, retomando su comentario, creo que la primavera alfonsinista hizo soñar a muchos (entre ellos a mi) que bastaba con recitar el preambulo para progresar. Soñabamos con ser James Stewart sin tener que dispararle a Liberty Valance.
Fue cierto para las elecciones. Fue insuficiente para la realidad.”
Para aquellos de nuestros lectores de menos de 70 años o simplemente no familiarizados con el cine clásico más allá de Dos Locos en el Aire de Ramón Ortega, quisiera aclarar que nuestro Maestro de Luz se refiere a Un tiro en la noche (The Man Who Shot Liberty Valance), obra maestra del gran John Ford, director sarmientino.
La película trata sobre la creación de civilización. O más bien sobre como logra la civilización vencer a la barbarie en su propio terreno. El civilizado es un abogado interpretado por James Steward que llega al pueblo con las ideas de progreso de la ciudad. El bárbaro es Liberty Valance, interpretado por Lee Marvin, que domina esa pequeña sociedad a través de la violencia y en el medio hay un personaje extraño, un bárbaro no dominado por Valance, interpretado por John Wayne, que como el otro bárbaro que murió defendiendo Ravena, intuye que hay algo más poderoso que el mundo que conoce, aunque no lo comprenda del todo.
El duelo entre Valance y Steward es inevitable y sorpresivamente quién muere es Valance. Su desaparición abre las puertas a la civilización y en pocos años el pueblo se transforma en una ciudad próspera. Al inicio de la película Steward, anciano, visita la tumba de Wayne. Al final, nos explica lo que todos sospechamos: Quién mató a Valance fue Wayne, no Steward.
La visión de Ford es apasionadamente “civilizada” aunque no es “legalista”. Con algún desencanto, acepta que el progreso bien vale un crimen, algo que Sarmiento hubiera suscripto sin titubear.
Lo que sostiene nuestro Maestro de Luz es que el “paradigma alfonsinista”, por llamarlo de alguna manera, no se anima a hacer lo que Ford acepta y sueña con poder convencer a Valance, a través del diálogo, de las enormes ventajas de perder su reino.
El cadáver de Steward, en la versión radical de la película, nos recuerda los límites de la “democracia formal”.
Nagus ;Es q nadie la explicö como Elbosnio ni la comentó como vosotros .Q hagan una remake y va a ver ..Sin ir mas lejos la de Clooney se trata de algo similar.Le falta el vuelo de Ford pero esta nominada
Yo ya quiero q elbosnio me explique El hombre quieto .Es más estoy pensando seriamente no ir al cine sin Maria y sin elbosnio
OK, pongámoslo así. “The Man Who Shot Liberty Balance” se estrenó en USA el 22 de abril de 1962, exactamente 19 meses después, el 22 de noviembre de 1963 John Fitzgerald Kennedy era asesinado por “alguno de todos estos” inculpando a un perejil. Quizás en algún funeral próximo nos enteremos quién hizo de Tom Doniphon.
Ahora sí, para pensar…
PD: Para saber a qué dioses adoramos, la única nominación que recibió esta película fue el Oscar al Mejor Vestuario (y perdió).
Nagus
Buen punto de Nagus.
Creo que la diferencia con el asesinato de Osama es de fondo, la democracia está consolidada en EEUU (más allá de las críticas al sistema) y, más tenueamente, de forma: mientras Steward mantuvo en secreto el crimen, Obama lo publicitó e incluso buscó legitimarse con él (incluso lo mencionó en su discurso sobre el estado de la Unión).
John Ford filmó este western (para algunos el Casablanca de los westerns) cuando el género agonizaba sin remedio. Él ya tenía más de 65 años y ElBosnio estaba naciendo, se ve que hay que alcanzar esa edad para lograr la iluminación.
Podemos hablar de “The Godfather” de Francis Ford Coppola (72’) o retroceder hasta el “The Man Who Shot Liberty Valance” de John Ford (62’), pero siempre terminamos hablando de “la doctrina del pisado de jardines”, adaptación libre de la MAK para el pensamiento del gran Maquiavelo.
Debo concluir que el fin de la primavera alfonsinista no fue culpa de Don Raúl, sino de la inoperancia de Enrique "Coti" Nosiglia, quien no supo asumir el rol de Tom Doniphon desde el dark side radical.
Nota: Según J. Ford el proceder de James Stewart te lleva a ser Senador de los EE.UU., quizás debas matar a Osama bin Laden para ser Presidente. Para pensar…
Nagus
No vi la película, pero la voy a tratar de conseguir.
“La táctica radical es idéntica a la de la dictadura militar, y pretende demostrar que el peronismo no es más que una suma de “corruptos”, “subversivos” e “idiotas útiles”, negando así a las masas y a sus dirigentes, a los años de lucha, los logros y realizaciones concretas de la Revolución Peronista. Esta maniobra se completa con el ocultamiento del origen de la violencia que asoló durante años a nuestra Patria, apareciendo como los únicos impolutos, cuando es evidente la corresponsabilidad del partido gobernante en el fraude, el autoritarismo y -sobre todo- en los 18 años de proscripción de las mayorías populares. Es allí donde debe buscarse el origen inmediato de la violencia que hoy se pretende exhumar de una manera parcial y tramposa. La Juventud Peronista asume toda su historia y reivindica a aquellos compañeros, como Rodolfo Galimberti y tantos otros anónimos, que hicieron posible con su lucha el retorno del General Perón a la Patria, poniendo fin al ciclo de proscripción a nuestro Movimiento y contribuyendo sustancialmente a la victoria electoral del 11 de marzo de 1973.” PATRICIA BULLRICH, "EL PORTEÑO", 1985 Qué loco todo.
No, señores, se les escapa un detalle, en la película, el personaje de Stewart siente gratitud hacia Wayne y también respeto; por lo cual es imposible asociarlo a algún radical de los que conocimos y conocemos.
Además, aunque era visible el cagazo, lo enfrentó a Valance dispuesto a ser el amasijado, y todos también sabemos que, enfrentar lo importante es genéticamente impropio de un radical.
Son muy generosos y disculpen la intromisión.
Juíra del tópicops:
http://www.youtube.com/watch?v=qBRKol70oZs
Siempre está bueno escuchar a Marcelo Saín hablar de política y de la necesidad de la reforma policial (x suerte está Nilda Garré, q implica un avance), en medio de tanto Gargarella (todo bien con RG y sus marchas, pero prefiero a Saín).
Saludosssssss
Dice Felipe: "los radicales siempre invisiblizaron a los verdaderos factores de poder en sus relatos". También aceptan que las reglas las pongan los factores de poder y las acatan. Steward no organiza un concurso de debates sobre sistemas políticos comparados. Yo creo que esperaba que Wayne le acercara un helicóptero.
Aplaudo a:Elbos Rinco Felipe Ford
Yo sabia cuando vi la peli hace mil años q era buena buenísima .Jamás supe hasta ahora q además era wester político argentino .
El héroe era Wayne y el protagonista Stewar En el radicalismo todos son Stewart En el cristinismo es más complicado porq Ella hace todo .
Elbosnio
Muy bueno el John Sunday Wayne.
Lo que escribís es cierto con respecto a los personajes, el de Steward al menos que prefiere mantener el secreto del crimen y la fantasía de la civilización "legalista". Pero la película, y en el fondo el propio Ford, es anti-radical o si se quiere peronista, en cuanto a que toma las leyes como herramientas o y no como un fin en si mismas. Lo fundamental es llegar al progreso, no el respeto irrestricto al Manual de Procedimientos.
Felipe
Estoy de acuerdo. Creo que la componente populista del radicalismo (impaciente, rosquera, de masas) entró en crisis con el peronismo y lo que quedó es una especie de alvearismo, movimiento prolijo y mucho más amable hacia los factores de poder.
Cuesta imaginar que Aguad, Sanz o el denunciador de nimiedades Gil Lapiedra forman parte del mismo partido que alguna vez secuestró a un vicepresidente y amenazó con matarlo para imponer sus convicciones democráticas (para aquellos radicales, el sufragio universal casi valía un crimen…).
Esta es la analogia que mas me convence:
"Si Ford hubiese conocido a la UCR, habria guionado al personaje de James Steward denunciando a John Wayne segundos despues del disparo"
Me parece importante recordar la figura de los 2 demonios y su importancia en el relato de la primavera alfonsinista.
Los radicales siempre se visualizan como impotentes, incontaminados y distanciados testigos de una época donde 2 barbaries (Valance/Wayne) se disputan el mundo.
Durante los 18 años de proscripción = (Valance/Wayne = Peron/Militares)
Durante los tempranos 70 = (Valance/Wayne = Guerrilla/Militares)
Durante la dictadura = (Valance/Wayne = Burocracia-Sindical/Militares)
Hoy = (Valance/Wayne = Kirchnerismo/Macrismo)
De todas maneras, cualquiera sean los demonios escogidos de la época, los radicales siempre invisiblizaron a los verdaderos factores de poder en sus relatos. Que factores de poder económico detrás del golpe del 76? Que intereses extranjeros detrás del golpe de 55? Etc?
Algunos me diran que no fue asi durante el Yrigoyenismo. Yo diría que el radicalismo no es heredero o descendiente del Yrigoyenismo sino del antipersonalismo de la época. Quien es heredero del Yrigoyenismo es el peronismo.
Los antipersonalistas de principio de siglo XX equidistaban entre las dos barbaries siguientes => Conservadores/Yrigoyenistas.
Si Ford hubiese conocido a la UCR, habria guionado al personaje de James Steward denunciando a John Wayne segundos despues del disparo.
Termianria con James Steward que habria demostrado la rectitud de quien anuncia enfrentar a Liberty Valance, pero termina denunciando a quien lo salvó matanto a Valance.
Ford describe de algun modo el sueño radical.
Un John Wayne "reprochable" que se ocupa de matar a Liberty Valance, pero que lo hace en secreto, sin buscar ningun protagonismo. Y un Steward que queda asi, sin discusion, como el heroe civilizador, la gran figura aplaudida por sus pares. Solo él sabe que le debe su prestigio, y su vida, a John Wayne y a un disparo a sangre fria, una ejecucion, que dice reprochar. Y no lo confiesa mas que al final de sus dias.
En la realidad local, el peronismo realiza los disparos civilizadores contra los Liberty Valance. Pero no lo hace desde la obscuridad, con un renuncia a lo John Wayne. Se jactan de haberlo hecho, lo enmarcan en una narracion civilizadora y se quedan con el rol del heroe civilizador y, por supuesto, con el prestigio y el poder que da ese rol.
En nuestra realidad local, Steward queda, en el mejor de los casos, como un pelele incompetente. En muchos otros casos, como un cadaver en helicoptero.
En rigor de verdad, los disparos civilizadores en las ultimas decadas vienen del peronismo, pero a principio del siglo XX y fin del XIX, vinieron de los radicales. Eso fue antes que la aparicion de Peron.
Como si un secreto acuerdo de produccion nos obligará a no tener mas de un John Wayne por pelicula y ante la aparicion de John Sunday Wayne los radicales tomaron el siguiente protagonico que les quedaba, el de Steward.
Por supuesto, los radicales podran decir que ellos son John Wayne y que el peronismo es en realidad Liberty Valance, el salvaje a matar. O que son James Steward y que se consiguen de tanto en tanto, un John Wayne en un cuartel que haga el trabajo sucio.
Sin duda tienen muchos disparos contra este Valance, y algun bombardeo, que demuestra la seriedad con la que se toman esta interpretacion.