Cuando decidimos ir al cine, buscamos la película que nos interesa, el horario más amistoso o la sala más cómoda.
Discutimos con nuestros acompañantes sobre los riesgos del cine francés, los tartamudeos del cine comercial norteamericano o las perlas asiáticas. Sobre tal director que no soportamos o tal actor al que nuestra mujer quisiera que nos parezcamos, aunque sea de lejos. Sobre la sonrisa luminosa de tal actriz o los tics profesionales de tal cómico profesional.
Optamos por el confort albanés de alguna sala si la película lo justifica o nos dejamos llevar por la comodidad de otras menos hostiles pero con programaciones más banales, corriendo el riesgo de padecer a nuestro vecino masticando nachos sumergidos en una sustancia tibia parecida al caucho clorado.
Nunca se nos ocurriría elegir salas en función de si tienen el ABL al día o si los acomodadores reciben los sueldos de convenio. No exigimos que el productor nos presente los certificados de SADAIC o que tal actor pague metódicamente la cuota por alimentos que debe pasarle a la madre de sus hijos. Le pedimos que actúe bien o que elija buenos guiones.
De la misma forma, las revistas de cine no se interesan por la honestidad cívica de tal director o cual actriz. Los críticos analizan películas, guiones, carreras cinematográficas, tomas, no denuncias sobre desvíos de fondos durante la producción o cargas sociales impagas. Esos son temas que aparecen en las secciones policiales de los diarios, como cualquier contravención o cualquier delito.
Por otro lado, la pesadilla que nos produce ver actuar a Robin Williams no disminuiría por más que supiéramos que no tiene deudas con el fisco o que nunca robó una toalla en un hotel.
A nadie se le ocurriría rescatar ¨Dos locos en el aire¨, por más que Carlitos Balá le detallara las intenciones sublimes de Ramón Ortega. De la misma manera, si supiéramos de buena fuente que en realidad Francis Ford buscó con El Padrino esclavizar a la humanidad para que trabaje en sus viñedos de Napa Valley, nos daría igual. Seguiríamos considerándola como la obra maestra que es y siendo felices mirando una y otra vez la escena del asesinato de Sollozzo.
Pagamos la entrada del cine que elegimos para ver la película que nos interesa y nos dedicamos a gozarla o padecerla, el resto, lo damos por descontado.
La política, vaya uno a saber por qué, no tiene esa prerrogativa.
Quienes se dicen politólogos, a diferencia de los críticos de cine o de los cinéfilos, prefieren en gran medida ser asistentes de fiscales que analistas de política. Su materia de estudio no son las iniciativas públicas, las tensiones entre corporaciones y Estado, el bien común o la obra de nuestros gobernantes, sino su vaporosa virtud personal.
No son los únicos, lamentablemente. Opinamos de los políticos no en función de su obra, como sí lo hacemos con los directores de cine o los futbolistas, sino por su honestidad o incluso por sus intenciones.
Es extraño.
Iris
Creo que Rossi entra tambien en la misma bolsa del Padrino=Cristina. Mas alla de su exito como candidato, juega en las ligas mayores y nunca se conformaria con ser solo testimonial o aplaudido por una minoria ilustrada. Busca taquilla, por decirlo de alguna manera, y tambien calidad estetica. Kiarostami no pretende espantar espectadores pero se conformaria con la calidad estetica.
No me queda claro que estemos haciendo algo especificamente mal. La mitad del pais no apoya este modelo por razones diferentes y contradictorias. Pero de cualquier manera vale la pena pensar un poco y sobre todo no dar por ganada la presidencial.
Graciela
Es extraño. Suena mas a voto castigo que a elegir realmente a un gobernador.
Mabel
Vox Populi Vox Dei…
Dedalo
Creo que, como le escribi a graciela, hay algo de voto castigo, de advertencia aparentemente a bajo costo. De cualquier manera si hubiera ganado Del Sel tendria la red peronista noK a su disposicion y sin duda alguna K mas liviana, como Macri logro la de Ritondo en la CABA. No seria una caida al vacio. O al menos, no a un vacio desconocido…
debo confesar que anoche deseaba, al dormir, despertar con el triunfo de del sel…, si, realmente al ver como venian los números esperaba que ganase, porque sino, la irresponsabilidad de votar la "no-politica" no tiene costo, hubiera estado bueno que en santa fe se jodan y analicen la perdida de un proyecto como el socialista (que puede no ser como el que mas nos gusta pero seguramente es mejor que el "no-proyecto" de del sel). sino tirar el voto es gratuito o mejor viene con anestesia…
Votan –luego piensan???
¿Cómo se puede entender que, en Santa Fe, casi gane una persona que ni siquiera hubiese podido asumir?
Con "el sabor de las cerezas" me refería a Agustín Rossi, no a Cristina. Sigo sin entender porque Del Sel parece mejor opción para los santafesinos que un tipo como Agustín…
En fin, con los resultados finales, algo de alivio: no ganó Del Sel. Pero me preocupa, porque estas derrotas, esperadas, pero dolorosas igual, hablan a las claras de que algo hicimos mal, muy mal en tres distritos importantes (en Córdoba ni candidato tenemos).
La buena, como leí por ahí es que es el fin de los Midachi…
Esperemos el fin del recuento para empezar a sufrir. Hay que ver cuantos diputados provinciales terminan del lado del FPV.
Sin duda, se van a agrandar los enanos, empezando por la Mentalista que de lo alto de sus 3% en su distrito fetiche ahora va a decretar el fin del kirchnerismo.
Con respecto al Sabor de las cerezas, creo que no colocaría a Cristina en ese familia sino más bien en la del Padrino. Es decir una gran película (o una obra maestra, según nuestro fanatismo Cristino-Coppoliano) realizada por una Mayor, un estudio comercial que busca rentabilidad, que tiene que lidiar con salarios, costos importantes, egos desenfrenados, fracasos comerciales, competencia desaforada, operaciones diversas y también, una voluntad estética.
Kiarostami puede prescindir de gran parte de esos inconvenientes. En ese sentido se parecería más a un partido testimonial, despreocupado por ganar elecciones pero con una agenda política relevante (algo que lamentablemente no tenemos en Argentina en donde los Partidos Boutique solo tienen la indiferencia hacia los votantes pero carecen de otra agenda que no sea la que le soplan los medios).
Kiarostami en política sería algo como fue el Partido Radical en Italia, un laboratorio de ideas y desprejuicio.
De repente y viendo los resultados parciales de las elecciones en Santa Fe, tengo la aterradora sensación de que estamos tratando de convencer al público para que vea "El sabor de las cerezas" (la película iraní) , mientras todos quieren ver la última de Terminator.De "El padrino", nada,sniff…
¿Realmente Rossi es tan malo como candidato?:(
LLAMADO A LA SOLIDARIDAD
Si hasta ahora peleamos con amigos Y familiares por nuestra elección a "la Chica q nos gusta"de ahora hasta octubre habrá q aguantarse encima cargadas y la soberbia de Biblita diciendo q CFK no es triunfo seguro .Por favor q la Mak se ponga a trabajar .A tirar buena onda ,a juntarse .Lo de Santa Fé y Binner se sabia ,se entiende ,lo q no me banco es lo De Sel .(Encimna no me gustaba ni como Midachi qlp)
Creo que la solución al enigma pasa por lo que señalan Iris y Graciela: la mayor parte de los politólogos no son observadores (ni siquiera ¨observadores comprometidos¨, como se definía Raymond Aron) sino actores o lobbystas. No buscan explicar la política, sino intervenir en ella.
Es como si un asesor de DreamWorks opinara sobre las películas de Pixar, como si fuera un crítico independiente. No hablaría de la calidad artística de Toy Story 3 sino que nos agobiaría con los problemas de alcohol de su director o el pasado turbio de su guionista.
El Anónimo tiene razón. Es la terrible patología del tipo que sabe un montón de nimiedades que nosotros desconocemos y siente que debe publicitarlas.
Mabel
Estoy de acuerdo con la falta de actores secundarios de peso, de territorialidad, pero eso es algo que lleva más tiempo que encontrar a la estrella del reparto. La apuesta por la Cámpora va, creo, en ese sentido.
Creo que también la cuestión puede pasar por el número creciente de "politólogos" que no son tales. Que no separan el ejercicio de la política y su análisis de la función que se adjudican como intelectuales. Para colmo, suponen que la función principal del intelectual es la crítica moral. Se imaginan a sí mismos formando parte de un tribunal. En realidad, creen que SON la moral.
(Q bárbaro Rinco juntar en un post dos de sus amores!!Bien ahi)
Nadie se pregunta si Coppola es honesto .Pero si venden a Del sel como un honesto y mucha gente compra .
Se ve mucho cine solo por el nombre de su director o por el de alguno de sus actores ,no importa el contenido .Asi también hay personas q eligen a sus gobernantes ,por su nombre o su renombre .Eso explica la candidatura de Ricardito trajegrande.
Hay gente q va al cine y no piensa demasiado Tambien asi algunos votan.
La crítica se lee sólo después y es buena si coincide con la nuestra ,sino es mala Además muchos no quieren oir nada de la peli antes de ir a verla para no ser influenciados .EN elecciones es al reves ,se dejan influiciar por cualquiera .
Este ejercicio de paralelismo q propusiste Rinco ,revela a las claras cuanto de espectáculo tiene la política y q poca bola le dimos a los actores secundarios ,pensando q la actriz principal y el argumento nacional y popular ,y las acciones principales arrastrarian a todos y todas .
La mise en scene es muy importante pero lejos esta de nuestra comprensión de militantes ver q "Un Duran Barba puede más q unos cuantos"
Para el tipo que escribe en una revista de cine, le conviene desviar el interes hacia los detalles de alcoba, hacia los pensamientos de Francis Ford, las razones secretas y mezquinas que tuvo para mandar a matar a Sony en la I, porque en esa materia tiene el monopolio. (Que espectador podria saberlo? Que espectador dudaria en que el Joaquin Morales Sola del cine lo sabe de primera mano?). En cambio el producto final, el talento de los actores, la historia, etc… ahí podemos opinar los cualquiera y la opinion pasa a ser dificil de influenciar.
Además no hay que desdeñar a la subespecie "nariz parada" que considera ,tanto en el cine como en la política, que reconocer méritos al otro es ponerse en situación de inferioridad. Para estos individuos sólo se trata de buscar la mosca en la sopa. Si no hay más remedio que cuestionar las malísimas intenciones de Francis Ford, lo harán con tal de salvaguardar su superioridad moral.
Tal vez se deba a que muchos comentaristas de la política (autodenominados "periodistas independientes", algunos, y "politólogos", otros) se ven en la situación de tratar de convencer al "público" de que vea "Dos locos en el aire" en vez de "El padrino". Y claro, para defender lo indefendible, no queda más remedio que apelar a lo lindo de los cortinados del cine, las buenas intenciones del director, la amabilidad de los acomodadores, etc. Y atacar al contrario recordándonos que Francis Ford escupía ancianas y lucía carteras muy caras , juna gran siete…