Toty Flores, el agradecido Tío Tom de la Coalición Cívica, a la vez que rechaza los planes sociales para piqueteros, apoya la eliminación de las retenciones a la soja, ya que considera que los negrobola se transforman en esclavos del gobierno que los beneficia, mientras que un tipo educado como Biolcati sabe recibir ayudas públicas sin sentir ninguna obligación al respecto.
El valiente senador Hood Robin Morales, que denuncia piqueteros y defiende a la Sociedad Rural, abomina del clientelismo por considerarlo un sistema perverso para ganar votos. Teme incluso que el gobierno planee perpetuarse en el poder con la ayuda de los movimientos sociales a los cuales, como descubrió la mentalista Carrió, le entrega armas para tal fin (el gobierno, no el valiente senador Morales).
El éxito que obtuvo la lista de la CTA opositora al gobierno en Jujuy gracias al apoyo de Milagros Sala, debería tranquilizarlos: los negrobola han aprendido, como la Sociedad Rural, Clarin o Techint, a recibir prebendas sin ofrecer contrapartidas.
Eliminado este terrible escollo moral, es esperable que la práctica del clientelismo se transforme en una política de Estado, de esas que la oposición exige cada mañana.