Termina otra semana trepidante en la que no tuvimos lluvia de inversiones pero tampoco Pobreza Cero, es decir, una de cal y otra de arena. Además, como bien lo explicó nuestro presidente al cerrar el G20, “los ojos del mundo ven nuestro crecimiento”, lo que no deja de ser una noticia alentadora. No sabemos a qué crecimiento se refiere, teniendo en cuenta que el FMI espera que Argentina contraiga su PBI 2,6% en 2018 y 1,6% en 2019 y que según la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) la inversión pública va a caer 3,2% en 2019 y 2,5% en 2020. Tal vez Mauricio Macri se refiera al crecimiento de nuestra deuda o el de la inflación, ese flagelo que era tan fácil de resolver. En todo caso, en algo crecimos y eso siempre es bueno.
Además de permitirnos ser mirados por el mundo, el G20 cerró con una declaración conjunta, lo que no se había logrado en la última reunión. Los presidentes reivindicaron el comercio internacional, pero por primera vez no se condenó explícitamente el proteccionismo económico, ese que practican con pasión EEUU, China y la Unión Europea pero que según Cambiemos no debíamos ejercer porque “nos alejaba del mundo”. Cuando volvimos al mundo, el mundo ya no estaba.
El presidente de China, Xi Jinping fue recibido por Mauricio Macri, con quien mantendrá una reunión y firmará acuerdos de cooperación antes de recibir la Orden de Mayo, distinción que otorga la Argentina a quienes con su esfuerzo contribuyen al progreso, al bienestar, a la cultura y al buen entendimiento y solidaridad internacionales. Esperamos que entre medallas y almuerzo puedan relanzar los acuerdos que Mauricio Macri denunció durante la campaña del 2015, enviando “una insólita carta al embajador chino, Yang Wanming, en donde expresaba su preocupación por la eventual inconstitucionalidad y falta de transparencia de los acuerdos bilaterales firmados por nuestra administración”.
En todo caso, recordamos cuando el PRO y la UCR desde la oposición y junto a nuestros medios serios denunciaban los acuerdos con China por ser un país que no respeta los derechos humanos. Se ve que eso cambió.
La semana pasada fue la entrega de los Premios Martín Fierro a la radio. Al recibir el suyo, la ineludible Cristina Pérez se refirió a la final fallida de la Copa Libertadores: “La violencia no empezó el sábado, está con nosotros desde siempre cuando se trata del fútbol. Y está en las piedras en el Congreso que muy pocos salen a condenar”. Como sabe cualquier periodista serio, todo lo que ocurría cuando gobernaba CFK era culpa de ella mientras que todo lo que ocurre ahora que gobierna Macri es culpa de los argentinos (o de CFK, digamos todo). Pérez concluyó con una maravillosa declaración de principios: “Hay una sociedad que está viviendo la crisis en paz”. La gente debe aprender a empobrecerse sin quejas. De hecho, Eduardo Costantini dejó de ser billonario y no por eso corta calles o va a protestar al Congreso.
Apenas desapareció Santiago Maldonado, los argentinos supimos que una temible guerrilla mapuche-iraní de la que nunca habíamos oído hablar ponía en riesgo la integridad territorial de nuestro país. Durante los 80 días que duró su desaparición hasta la aparición del cuerpo, el gobierno y nuestros medios se destacaron en el Nado Sincronizado Independiente (NSI), fenómeno que permite a los periodistas independientes llegar a las mismas conclusiones que el gobierno pero de forma independiente. Así supimos que Maldonado era un guerrillero experto en artes marciales que había sido acuchillado durante un intento de robo, que había escapado atravesando a pie la Cordillera, que vivía en Chile o en San Luis y que, incluso, había un pueblo en Entre Ríos en el que todos se parecían a él.
Luego de un año de investigación, el juez Lleral cerró la causa por la desaparición forzada de Santiago Maldonado. Según su Señoría, Maldonado se lanzó a un río helado sin saber nadar por “la excitación provocada por la huida”. A su entender no hace falta investigar qué ocurrió con los gendarmes en medio de un operativo ilegal (sin orden de un juez). Otro maravilloso ejemplo de #JusticiaFabioZerpa de máxima creatividad aplaudido desde el gobierno.
Todo lo que quieran pero ya no le tenemos miedo al censista.
Imagen: China durante el gobierno kirchnerista, cuando era un país poco serio que no respetaba los DDHH (cortesía Fundación LED para el Desarrollo de la Fundación LED)