Notas

Crónica de la Semana | Domingo 17 de febrero de 2019

By 17 febrero, 2019

Termina otra semana trepidante en la que no tuvimos lluvia de inversiones pero tampoco Pobreza Cero, es decir, una de cal y otra de arena. Además, como señaló Mauricio Macri, “la inflación está empezando a bajar”, una noticia alentadora. Que al día siguiente el INDEC informara que, en realidad, la inflación está volviendo a subir (2,9% en enero contra el 2,6% de diciembre), sólo prueba que nuestro presidente no deja que la realidad lo distraiga de sus certezas.

El polémico Axel Kicillof, oriundo del marxismo, explicó por su parte que: “Dijeron que la inflación era culpa de los salarios altos, el gasto público y la emisión monetaria. Bajaron los sueldos muchísimo, ajustaron horrible el gasto, la emisión es cero. Y ahora la inflación es el doble. La culpa es de la política de Macri”. La del ex ministro de Economía es una falacia: la culpa en realidad es de los salarios que siguen existiendo. Cuando todavía éramos una colonia española no padecíamos una inflación del 50% anual gracias a sistemas eficaces de control como la mita, la encomienda y el yanaconazgo, que, al eliminar el salario, eliminaban también su efecto alcista sobre los precios. Está estudiado por la Fundación Kunta Kinte, que presiden Luis Miguel Etchevehere y Gerardo I, visir de la Puna, mariscal del Altiplano, marqués de Ledesma, califa de Humahuaca, maharajá del Potosí, León de Tilcara, Martillo de herejes, Orgullo Radical y Azote de Dios

Esta semana, Horacio Verbitsky, desde El Cohete a la Luna volvió a publicar una denuncia de extorsión contra el fiscal Stornelli, un hecho inesperado que nos asombró a todos. En efecto, nunca ocurrió que un fiscal federal recibiera ingresos corruptos, al menos desde Nisman.

En todo caso, como ya había ocurrido con la primera denuncia, volvimos a asistir a un emocionante ejemplo de Nado Sincronizado Independiente (NSI), fenómeno a través del cual ministros, diputados oficialistas, funcionarios judiciales y periodistas independientes llegan a las mismas conclusiones pero de forma independiente. El objetivo es dejar en claro que el juez Ramos Padilla, que intervino en la causa por tener jurisdicción sobre Pinamar, “donde se cerró la extorsión con el apretón de manos que Stornelli le dio a Etchebest a pedido de D’Alessio, como prueba de que el trato estaba cerrado”, tal como señaló Verbitsky, es fiestero, fan del Indio, no terminó la secundaria y lleva la pollera muy corta.

La ineludible diputada Paula Oliveto denunció al juez por ser “un confeso kirchnerista”, lo que sin duda es un dato indignante más allá de que no sepamos cómo obtuvo la confesión, si a través del submarino seco, como se estila en Guantánamo, o vía extorsión, un método menos cruento y más frecuente en nuestros ámbitos judiciales.

Paula Oliveto desmintió formar parte del Comité de Actividades Antiargentinas junto al senador Joseph McCarthy y negó que el gobierno busque restablecer el decreto ley nº 4161, sancionado por el general Aramburu para la benéfica desperonización de la sociedad, ni tampoco la ley n° 17.401, sancionada por el general Onganía, que establecía en su artículo 1º: “Serán calificadas como comunistas, con las consecuencias establecidas en los artículos 6° y 9° de la presente, las personas físicas o de existencia ideal que realicen actividades comprobadas de indudable motivación ideológica comunista. Podrán tenerse en cuenta actividades anteriores a la presente ley.”

Eso prueba, si aún hiciera falta, que nuestra derecha moderna en zapatillas y bicicleta de bambú nada tiene que ver con aquella derecha reaccionaria que perseguía a sus opositores a través de la justicia.

Durante un almuerzo en lo de Mirtha Legrand, Daniel Santoro, el ex mejor amigo del ahora caído en desgracia Marcelito D’Alessio, explicó que la causa se presentó en el juzgado de Ramos Padilla porque “es de La Cámpora”, lo que fue corroborado en esa misma mesa por la ministra Bullrich quien afirmó que “es K” y por la incansable Silvia Mercado quien agregó un dato estremecedor: “Se utilizaron medios kirchneristas para desprestigiar la investigación de los Cuadernos”.

Si entendemos bien, desde la cárcel algunos presos kirchneristas obligaron a un ex columnista de Clarín, referente de Animales Sueltos, amigo de Santoro y Stornelli y sobrino del escribano general del gobierno designado por Mauricio Macri, a extorsionar a un empresario y consiguieron además que el fiscal Stornelli se reuniera con ambos, pese a que, como señala la última denuncia de Verbitsky, Stornelli ya había recibido una denuncia contra D’Alessio por extorsión el año pasado. Los métodos kirchneristas son escalofriantes.

Por último, gracias a Infobae, supimos con una precisión casi helvética que “reducir en 50% el consumo de carnes rojas disminuye hasta en 22.4% riesgo de enfermedades”. En realidad, dejar de comer reduce aún más el riesgo de enfermedades, los cadáveres rara vez las padecen.

Todo lo que quieran pero ya no le tenemos miedo al censista.

La imagen de la diputada Paula Oliveto junto al senador Joseph McCarthy en el Comité de Actividades Antiargentinas podría ser apócrifa. (cortesía Fundación LED para el Desarrollo de la Fundación LED)