Notas

Un día en Argentina equivale a 247 años en Luxemburgo

By 4 octubre, 2020

En un resumen anterior escribimos que un día en Argentina equivale a 247 años en Luxemburgo. No sabemos qué podría ocurrir durante ese enorme lapso de tiempo en Luxemburgo pero acá, la semana empezó con la aceptación por parte de la Corte Suprema del per saltum interpuesto por los tres jueces desplazados por el ex presidente Mauricio Macri- que rechazaron las decisiones del Consejo de la Magistratura y el Senado- y termina con la presentación de un nuevo per saltum, esta vez de parte de Google y referido a un fallo de segunda instancia que favoreció la demanda de Cristina Fernández de Kirchner de acceder a los servidores de la empresa. Según su abogados, “La resolución recurrida no afecta solamente a Google, sino a millones de usuarios que verán comprometida la confidencialidad de sus datos”. Que Google se preocupe por la confidencialidad de sus usuarios califica sin duda como otro milagro albertista.

Consideramos que no es justo que las mayorías carezcan de la prerrogativa del per saltum para que la Corte dirima sobre sus penurias. Es por eso que desde El Destape llamamos a nuestros lectores a sumarse a la iniciativa popular #EligeTuPropioPerSaltum, firmando a través de la plataforma change.coso. En las redes sociales ya circulan algunos temas álgidos como la pizza con ananá, los audios de whatsapp, las cenas show o las risas grabadas, calamidades no menos graves que la que padecen los tres jueces antes mencionados y sobre las que nuestro máximo tribunal debería también poner orden.

Asistimos a otro milagro albertista con la súbita preocupación de nuestros medios serios por el aumento drástico de la pobreza en plena pandemia reflejado en los índices del INDEC presentados también esta semana. En efecto, luego de 4 años de afonía, nuestros periodistas serios volvieron a preocuparse por ese tema. Enhorabuena, esperemos que esa súbita inquietud consiga su apoyo a la hora de buscar recursos para paliar esa realidad. Por ejemplo, apoyando el impuesto a las grandes patrimonios que afecta apenas al 0,02% de la población, segmento muy favorecido en los últimos 4 años, a diferencia de las mayorías que vieron sus sueldos y jubilaciones perder casi un tercio de poder adquisitivo.

El milagro también se produjo entre los radicales, que volvieron a preocuparse por esa misma pobreza que aumentaron desde el gobierno en silencio y sin ayuda de pandemia alguna. Lo notable es que, así como se preocupan con ahínco por los que menos tienen, rechazan con pasión el impuesto a los grandes patrimonios y también denuncian la emisión. Tal vez propongan combatir la pobreza con cajas PAN, aunque seguramente hoy votarían en contra de esa iniciativa. Por su lado, el humorista radical Mario Negri denunció al gobierno por “correr detrás de los acontecimientos”. Es cierto que los radicales, al contrario, suelen ser corridos por estos.

Para ganar tiempo, cada noticia debería venir con su desmentida. Así, el anuncio de la partida de Coca Cola del país o del éxodo de venezolanos debería ser acompañado por una nota de Chequeado explicando que se trata de noticias falsas. Lo peculiar en este último caso es que los extranjeros pasaron de abusar de nuestros impuestos robando nuestro trabajo e incluso usando sin pagar nuestras universidades gratuitas, a ser las víctimas de un gobierno que ahora los expulsa. Es decir que era tan indignante que un colombiano decidiera inscribirse en la UBA como que un venezolano resuelva irse de la Argentina. Es la famosa Indignación Capicúa y se estudia en la Anthony Hopkins University.

Anoche, en el programa que con gran esfuerzo personal recibió de su abuela, Juanita Viale cenó con la ex ministra Pum Pum, la periodista Carolina Amoroso, Ceferino Reato y Javier Milei. Sólo faltó el almirante Rojas, quien no pudo asistir “por razones de público conocimiento”. Todas la voz.

A imagen de esa maravillosa cena semanal en la que no todos los comensales son de derecha sino que algunos además son reaccionarios, nuestros periodistas serios practican la ecuanimidad: así como se emocionaban con los funcionarios de Cambiemos- como Mariana Fabbiani con la ex Gobernadora Coraje o Luis Majul con el Presidente que tenía algo de Nelson Mandela- hoy se indignan con los funcionarios del Frente de Todos. En ese sentido repudiamos la actitud del ministro Martín Guzmán, quien durante una entrevista y con el pretexto de que eran falsos corrigió los datos que enunció la periodista Cristina Pérez . ¿Acaso la célebre periodista con cara de tránsito lento no es libre de prescindir de la realidad en sus interrogatorios a funcionarios del gobierno? ¿Acaso ya somos Valenzuela?

Por último, esta semana supimos que el presidente Donald Trump se contagió de coronavirus. Como señaló el biólogo molecular Ernesto Resnik, “lo están tratando con el cocktail de anticuerpos monoclonales de Regeneron, no con Hidroxicloroquina ni lavandina” . Trump es un terraplanista hábil: no consume la que vende.

Imagen: Frente a la estatua de Carlos Rosenkrantz en Tribunales, la muchedumbre exige su propio per saltum (cortesía Fundación LED para el desarrollo de la Fundación LED)

 

Publicada en El Destape Web