Una de las mejores escenas de El Discreto Encanto de la Burguesía de Buñuel, ocurre durante un sueño: Los protagonistas acuden a una cena a la que el sargento les invitó amablemente y, repentinamente, sube un telón y se encuentran en un escenario de teatro siendo los personajes de una obra. Mientras intentan comprender estupefactos qué sucede, un apuntador les va recordando sus líneas.
Una pesadilla similar abruma a la oposición. Cada día al levantarse el telón, sus integrantes no solo deben salir a representar un papel cuyos diálogos desconocen sino que padecen el desinterés creciente de su público y la impaciencia y el desprecio del apuntador.
Ya ni siquiera sueñan con los aplausos, solo piden que la obra termine y puedan despertar.
Excelente comparación .La oposición suma y suma votos a Cristina .(Mabel cada vez más Krispada ,sobre todo después del aumento a los docentes …)
Dios mueve al jugador, y este la pieza.
Que dios detras de dios la trama empieza?
Parafraseando a Borges. Joaquin apunta al actor, y este apunta al publico. Que apuntador detras de Joaquin, la trama empieza?
El apuntador parece tan fastidiado como Morales Solá.
Casi que nô podia ser mas adaptada la metafora