Una nueva denuncia pondría en jaque al gobierno: a partir de escuchas telefónicas, recortes de prensa y conversaciones de pasillos se pudo establecer la clara intención de CFK de dominar el Universo y esclavizar a sus eventuales habitantes.
El fiscal a cargo de la investigación pudo analizar minuciosamente una serie de conversaciones grabadas (aportadas por un agente de inteligencia) entre Favio Zerpa y un allegado a la presidenta en las que se mencionaron platos voladores, rayos paralizantes, abducciones a terrícolas y sobre todo un novedoso sistema de teletransportación realizado por el INVAP con la plata de los jubilados.
Pese a que según varios especialistas consultados el delito estaría más que probado, en unos pocos días el juez a cargo desestimó la denuncia por considerar que hablar de platos voladores no es ilegal en nuestro país, “al menos hasta que se apruebe el nuevo Código Penal”.
Una decisión inexplicable que enfureció hasta a la Asociación de Magistrados, en general poco proclive a los escándalos. Su presidente argumentó con cierta razón que antes de rechazar la denuncia el juez debería haber llevado a cabo una investigación en algunos planetas del Sistema Solar (“No digo todos, Nelson, por supuesto”, le explicó a un indignado teledoctor Castro).
Para Daniel Sabsay, conocido constitucionalista independiente, el rechazo del juez, que llegó al punto de desechar la más que sólida acusación de “invasión del Universo en calidad de tentativa”, podría ser causal de juicio político e incluso justificar el fusilamiento sumario de la Presidenta y de toda su familia.
Hasta el momento y sobre este nuevo escándalo sólo hemos escuchado un incómodo silencio oficial.
Para pensar.
